Claro; no es sólo el hecho que estos seres nos trastornan el ánimo cuando se les ve interactuando detrás de sus ridículos escritorios, no. Son muchos más los embriones de nuestra impotencia. Es la desidia, el desgano, la indolencia, el descuido, la pereza, la parquedad, la inoperancia, la ineptitud, en fin, si no queremos gastarnos la saliva para reprocharles sus insufribles comportamientos, convengamos que “conchudos” es la palabra que mejor les calza a sus infames personalidades.
Ahora bien; si este cáncer es harto conocido en el frágil cuerpo estatal, y que es mucho el descontento de la ciudadanía ¿Por qué no se hace nada? Pregunto esto a las personas que tienen en sus manos la solución de este problema, que por lo demás pienso que no es tan difícil de sanear ¿Cuán difícil puede ser monitorear a todo el personal de la municipalidad? No estoy pidiendo la perfección laboral ni mucho menos. Se trata de cumplir con la promesa de borrar de la memoria de todos los trujillanos la intolerable escena de necios encorbatados y féminas descerebradas sellando y trasladando papeles que a las justas entienden. Seguramente la inmediata excusa de aquellos afortunados trabajadores sea el cumplimiento irrestricto de los procedimientos estatutarios que la ley manda, pero acaso no se puede encontrar una mejor manera de abreviar algunos filtros? ¿Conocen las gerencias municipales el significado de la palabra EFICIENCIA? Me resisto a pensar que nada se pueda hacer para mejorar lo penosamente existente. Si hay que cambiar los procedimientos ¡CAMBIENLOS! Si hay que elevar alternativas al poder legislativo ¡PROPONGALO! Si hay que mandar a sus casas al personal obsoleto ¡LARGUNELOS!
Como los más de los contribuyentes no soy experto en reformas administrativas pero cuento con el promedio en coeficiente intelectual, pero sobretodo tengo el promedio de sentido común, para intentar deshacerme de este lastre que significa la burocracia municipal.
Nadie; ni la pasajera autoridad ni los anónimos peatones debemos olvidar que toda esta maquinaría, dizque administrativa, se sustenta con la nada despreciable dación de nuestros impuestos. Por lo tanto no debemos sumergirnos en posiciones obstinadas ni en rubores pusilánimes al momento de querer señalar lo evidentemente injusto. Nunca estará demás nuestras atendibles protestas, puesto que nunca dejamos de prescindir de algún trámite o papeleo.
La verdad que nada de esto se hubiera escrito si no hubiera tenido la infausta idea de reunirme con mi compañero de trabajo Alan Elias en la municipalidad, para que me contara cómo va la agencia luego tomar mis primeros quince días de vacaciones. Ah...vacaciones, que buena recompensa para quienes consagramos una gran porción de nuestro tiempo, y verídico esfuerzo, en la concreción de objetivos ajenos. Qué bonito es mantenerse en un puesto de trabajo gracias al brío propio de nuestras diarias actividades y no al de los favores condenables de una autoridad jactanciosa e indocta que resultan luego patéticas elecciones. Qué bonito es esto último ¿No es cierto señor Cesar Acuña peralta?
Hola flaca,
ResponderEliminarGracias por visitar mi página.
Sobre el tema de los enlaces, pues te confieso que quisiera hacerlo pero no se como lograrlo. Si tu lo sabes me dices como y yo lo hago. Desde ya te digo que me gustaria conocer tus escritos y pensamientos.
Bueno, ya sabes donde encontrarme
Saludos cordiales
El gran Mike