La inminente llegada de Jorge Mario Bergoglio Sìvori a nuestro país es una muestra mas de la dantesca ignorancia que aplasta a los peruanos.
Mientras en nuestro vecino Chile, quemaron iglesias en rechazo por la llegada del líder de los católicos, aquí el que menos espera con ansias que el argentino por fin pose los pies en la tierra del gran Polo Campos ¿Por qué no le cantaste a la rareza de tus paisanos? En fin, asì es el establishment, la prensa arrocinante ocultándonos la verdad y nosotros hambrientos de basura. ¡Hay que joderse!
Del personaje del Papa, o mejor dicho de Jorge Bergoglio, ya me he ocupado en mi publicación del veintiuno de marzo del año dos mil trece, entrega que intitulè "Habemus Puppets" (http://esconditedetercos.blogspot.pe/2013/03/habemus-puppet.html); de manera que no voy a repetir lo que pienso de este eclesiástico farsante ¡Cuántas risas se echaràn con su clon peruano, el no menos asqueroso de Juan Luis Cipriani!
Así que no fue por el compinche de Videla que me animè a escribir estas líneas. Quise dejar registro del otro fenómeno que se està viviendo en mi Trujillo querido: la dolorosa llegada de una treintena de imagenes y estatuas de toda clase de virgenes y santos que protegen la necesidad provinciana. Eso si es fervor. Es simplemente Fe. Eso si que merece el respeto de todos. Hasta el mio -que ya es mucho pedir - ¡Qué me vienen con el sumo pontífice, ni leches! apreciemos la fe de nuestros paisanos; la verdadera fè. La que que es capaz de conminar a sus fieles a caminar imposibles kilómetros para complacer a "la mamita". Eso hay que verlo para creerlo. Realmente conmovedor.
La visita del actual Papa es y debe ser otro cuento. Otro momento si se quiere; pero jamás podría rivalizar con el sentimiento que encierran los santos locales.
Fiel a mi estilo tendría que resumir mi fastidio diciendo que por mi, el Papa puede irse a tomar por el culo, hijo de la gran puta! Pero no. Mi malditismo en estos casos no sirve para nada.
Hoy una abuela me empezó a contar las grandezas de sus ídolos divinos. La escuche con tremenda atención y luego expuse lo que al respecto pienso. Fue una beneficiosa conversación - de mas està decir que mentì todo el rato de la charla -
Al despedirnos la tìa estaba estaciasda con su novedoso amigo. De repente sacó una delgada cuerda donde le colgaba un dije de no sè que virgen. Me fue bien ese día. Renegué menos de lo acostumbrado. Obvio que me hizo pensar, pero no repensar. Me gustò esa honda mística y de misterio. Hoy la volví a colgar de mi cuello. Tampoco hice hígado. De manera que a partir de estas declaraciones, si me ven la cuerda turquesa es por cábala. Que porqué lo hago? Vaya el taitito a saber...!
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